por Richard M. Publiese
JOSUE 24:14 "Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová." (Reina y Valera)
JOSUE 24:14 "Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová." (Reina y Valera)
Cada día llegan a nosotros las noticias de personas famosas de la política, economía, medios masivos etc, que han sido descubiertos en cosas deshonestas, luego de haber estado por mucho tiempo haciendo lo malo sin que nadie se diera cuenta. Por cierto esto no sucede sólo con los personajes famosos. Puede pasar también en cualquier otra actividad y afectarle a la gente común.Uno puede llevar una vida pecaminosa y a la vez seguir haciendo su actividad normal como si nada pasara. Pero en las cosas de Dios cuando la santidad se pierde, todo lo que se hace es inefectivo e irrelevante ante los ojos del Señor. Nuestro servicio a Dios debe estar caracterizado principalmente por la pureza y la santidad interior. Muchos tienen grandes dones pero poco fruto del Espíritu. [VER MAS...]
Es por eso, que el pasaje de hoy, nos anima a temer, respetar por sobre todo al Señor. Es el temor (respeto) reverente el que me guarda de contaminarme y vivir en el pecado. Es el temor a Dios lo que hace que me aleje de mi aquellos “dioses” interiores que me seducen y gobiernan. La integridad es una característica interior que se refleja en la vida exterior. Es posible hacer acciones de integridad sin vivir en integridad, pero en el Reino de Dios debemos ser santos como El Señor es Santo. Cuando nuestro servicio a Dios tiene una mezcla de lo santo y lo pecaminoso, el efecto final no será productivo ante los ojos del Señor. Dios siempre, y por sobre todo, mira el corazón ¿Qué hay en nuestro corazón?
Es por eso, que el pasaje de hoy, nos anima a temer, respetar por sobre todo al Señor. Es el temor (respeto) reverente el que me guarda de contaminarme y vivir en el pecado. Es el temor a Dios lo que hace que me aleje de mi aquellos “dioses” interiores que me seducen y gobiernan. La integridad es una característica interior que se refleja en la vida exterior. Es posible hacer acciones de integridad sin vivir en integridad, pero en el Reino de Dios debemos ser santos como El Señor es Santo. Cuando nuestro servicio a Dios tiene una mezcla de lo santo y lo pecaminoso, el efecto final no será productivo ante los ojos del Señor. Dios siempre, y por sobre todo, mira el corazón ¿Qué hay en nuestro corazón?
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