Tentación.

Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados. (Hebreos 2:18)

Muchas veces no entendemos el por qué somos continuamente tentados, mientras más buscamos su rostro más tentaciones aparecen, acabamos de librar una batalla y al instante se abre la cortina de una nueva batalla. El pasaje nos dice que el mismo Cristo padeció siendo tentado y que conoce muy bien la lucha de la carne y el espíritu, el querer agradar a Dios o el escoger agradar la carne.

Hoy tu y yo, no tan solo contamos con el socorro del Señor, sino también que nos dará en el campo de batalla la salida, este es el punto más difícil: ‘’escoger el pecado o la santidad’’. Como cristianos debemos mantener una búsqueda continua de su Espíritu para que en el momento de elegir, escojamos la Santidad. (José escogió huir de la esposa de Potifar, a pesar de las circunstancias que estaba viviendo, decidió agradar a Dios).

En el verso 14, hay un dato muy importante y es que El se hizo carne y sangre para tener la legalidad y la autoridad de destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, al Dios hacerse carne en la tierra y mantenerse puro y santo hasta el día de su crucifixión era la garantía de su victoria. Solo la santidad espiritual nos permitirá tener la autoridad y la victoria sobre el pecado y la tentación.

Si hoy te sientes tentado en alguna área de tu vida y, si se ha dado el caso de que has caído en lo mismo una y otra vez, El Señor te dice: que solo tienes que clamarle y que El te responderá para fortaleza, purificación, salvación, liberación, restauración y así puedas alcanzar las promesas que El tiene para ti.

No te cargues mas, recuerda que El anhela comunión contigo a cada segundo de tu vida. Atreve a dar el primer paso de reconocer tu condición delante de Él y Él hará.

David Sánchez.