“Bienaventurados los que guardan tus testimonios, y con todo el corazón te buscan”. Salmo 119:2
El tipo de relación que Dios desea tener contigo es personal, de Padre a hijo. Cuando tu le entregas el corazón a Jesús y sigues sus consejos divinos, tus pies no tropiezan, tus decisiones son acertadas, tus posiciones seguras, tus relaciones prósperas y tu vida abundante y completa.
¿Es así de sencillo? Si, lo es. Somos nosotros los que complicamos las cosas simples de Dios. Nos internamos en los laberintos de la nacionalización, de la filosofía, de la incredulidad, del escepticismo cruel o de la duda existencial, y nos perdemos en la oscuridad de nuestros miedos, complejos y traumas, hasta que quedamos definitivamente prisioneros de nuestros propios fantasmas.
Nadie puede servir a dos señores, porque amarás más a uno y aborrecerá al otro. A Dios se le sirve por entero, sin divisiones. Un ser dividido no tiene posibilidad de ser feliz.
Al comienzo de este nuevo día, repite para ti “Bienaventurados los que guardan tus testimonios, y con todo el corazón te buscan”. Bendiciones a todos!!!!!!!!
11 de febrero de 2010
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