DONDE HAY AMOR NO HAY MIEDO

AMOR
1 JUAN 4:18 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. (Reina y Valera)
Donde hay amor no hay miedo. Al contrario, el amor perfecto echa fuera el miedo, pues el miedo supone el castigo. Por eso, si alguien tiene miedo, es que no ha llegado a amar perfectamente. (Dios Habla Hoy)

Existen cristianos que nunca han conocido el real Amor de Dios. Éllos viven un cristianismo legalista donde las reglas son las que gobiernan la “relación” con Dios. Si cumplen ciertas leyes “Dios no les castiga”. Viven un cristianismo bajo temor.

La Biblia enseña claramente que el cristiano no puede vivir bajo el temor, pues el temor no proviene de Dios. Cuando alguien tiene un encuentro personal con el Señor su vida toma contacto con el verdadero Amor del Padre Celestial. Se origina entonces una relación sublime y perfecta que no se puede igualar con nada.
El amor de Dios es más que un sentimiento, es una manifestación especial de la bondad y el cuidado del Señor para con sus hijos. Es por eso que si caminamos bajo ese precioso amor no puede haber temor en nuestras vidas.
El temor asustadizo, que nos oprime y nos hace vivir en una esclavitud espiritual, nunca proviene del Señor. En Cristo siempre hay verdadera libertad. El temor abre las puertas a la influencia del mal y nos lleva vivir bajo condenación y castigo continuo.
Es tiempo que dejes de vivir bajo ese concepto erróneo legalista, que te ha enseñado a vivir bajo el temor opresor y castigador. Cristo ha pagado por tí un gran precio para que ahora puedas vivir bajo una libertad espiritual jamás soñada.
Pídele a Dios una revelación de Su Amor en tu vida, porque en la medida que somos perfeccionados en el amor del Señor, más lejos estaremos de vivir bajo temor.

CONFESION DE FE:
VIVO BAJO EL AMOR DE DIOS Y TODOS MIS TEMORES SE VAN DE MI VIDA.

ORACION:
Gracias Jesús, porque en Ti puedo vivir bajo Tú Amor y no bajo el temor del enemigo. Gracias Jesús por romper mis cadenas de temor y enseñarme a vivir bajo Tu dulce y precioso amor. En Tu Santo Nombre, amén.