LAS PROMESAS DE DIOS...

En las Sagradas Escrituras puedo ver que todas las Promesas que podamos obtener en esta vida, incluyendo la promesa mayor que tenemos en Jesucristo la cual es la Salvación, la Vida Eterna nos son dadas por su Gracia (favor inmerecido) o sea por su gran Amor y su inmensa misericordia. (Rom. 3:23-24).

El Apóstol Juan lo dijo de la Siguiente manera: 1 Juan 5:3 “Pues este es el Amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos”. O sea si amamos a Dios que es lo mismo decir si amamos su Amor, su Misericordia y su Gracia la forma como lo demostramos es Obedeciéndole.

Cristianismo es tener una relación de Padre a Hijo, por esta razón todas las promesas que Dios tiene para cada uno de nosotros (esto incluye las promesas generales que son para todos los creyentes, asi como las promesas individuales que solo están en su potestad) la obtenemos por su Gracia, las cuales son los Premios de nuestra Obediencia generada por la fe que nos ha sido dada como un regalo del mismo Señor (Efesios 2:8) y que nos a unido a su Amor.

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Ahora bien la Gracia de Dios se recibe por Fe y es aquí donde entra en juego la Obediencia, me gusta como Pablo lo explica: Tito 2: 11- 13 “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente”. En estos textos Pablo nos hace ver bien claro de que nosotros le hacemos saber a Dios que hemos gustado de su Gracia y que la valorizamos como lo más valioso para nosotros, por la Fe la cual se evidencia por medio de nuestra Obediencia a Dios.