¿QUÉ HACES HOY?

COLOSENSES 3:23 “Y todo lo que hagas, hazlo de corazón, no como para los hombres sino para DIOS.”

Meditación Diaria

por RITCHIE PUGLIESE

En la Edad Media enviaron un hombre a una obra de construcción para ver cómo se sentían los obreros por su trabajo. Se dirigió al primer obrero y le preguntó: -“¿Qué estás haciendo?”-.

El hombre estalló de la ira: -“¿Es Ud., ciego? Estoy cortando estas terribles piedras con herramientas primitivas y las amontono como me indica el jefe. Estoy sudando bajo el ardiente sol. Me duele mucho la espalda. Estoy aburrido. ¡No gano casi nada!”-.

EL hombre se alejó enseguida y encontró a un segundo trabajador, a quien le preguntó lo mismo: -“¿Qué estás haciendo?”-

El segundo trabajador le respondió: -“Estoy dándoles forma a estas enormes piedras para que se puedan usar. Luego las ponen juntas según los planos del arquitecto. Gano cinco francos a la semana y eso mantiene a mi esposa y mi familia. Es un buen trabajo. Podría ser peor”-.

Un poco más animado, el hombre fue a un tercer trabajador. –“¿Qué estás haciendo?”-, le preguntó.

-“¿Es que no se da cuenta?”- dijo el trabajador y levantando sus brazos al cielo exclamó: -“¡ESTOY CONSTRUYENDO UNA CATEDRAL!”.

Y tú… ¿Cómo ves tu trabajo hoy? ¿Lo ves como una labor monótona sin recompensa ni propósito? ¿Lo ves como un simple trabajo? ¿O ves tu trabajo como parte del diseño maestro de Dios, no solo para ti, sino también para otros? ¿Te ves como un socio de Dios para establecer su reino en la tierra?

La forma en que vemos nuestro trabajo quizá no influya en, si terminamos una tarea o no. Sin embargo, va a tener un impacto en la calidad de nuestro trabajo y en nuestra productividad.

El impacto real sobre cómo nos sentimos por un trabajo descansa en esto: mientras más positivos nos sintamos en cuanto a un trabajo, tanto mayor será la satisfacción que tendremos al final del día, y tanto menor será el estrés que nos dañe. Los que ven valor en sus trabajos disfrutan de un mayor sentido de propósito.

Cualquier trabajo puede realizarse con gracia, dignidad, estilo y propósito... ¡tú solo tiene que decidir verlo de esa manera! No te olvides… “Todo lo que hagas, hazlo de corazón, no como para los hombres sino para DIOS.”

ORACIÓN: Dios mío. Me acerco a Ti en este día para agradecerte por las muestras de Tu amor. Gracias porque a través de Tu Palabra (La Biblia) puedo conocerte, comprenderte y es por eso que te pido para que me ayudes a hacer Tu voluntad. Que todo lo que yo haga sea para tu gloria. Gracias Señor... Amén.