El Trompón Divino

Sinceramente no me imaginaba a Dios propinando trompones, puñetazos, golpes con un puño. Imagino que alguno reirá solo con imaginarlo. Ayer escuchaba al pastor Edwin Polanco predicando sobre esto y la risa fue la primera respuesta. Decía que el enemigo, chanito, don cuernos o el diablo, dice la escritura, que su propósito es destruirnos; y no solo eso, dejarnos en la vergüenza, humillarnos y hacernos entender que estamos solos y que nadie, absolutamente nadie nos valora.

Tanto así que para empezar ese proceso absurdo (así le digo), comienza a destruir nuestra confianza en las personas que consideramos líderes.

Por ejemplo: Herodes mandó a perseguir a los cristianos palestinos para maltratarlos. Mató a un líder prominente llamado Jacobo. Como vio que a muchos judíos les encantó la idea, mandó a apresar al Apóstol Pedro. Imagina por un minuto: Persiguen a una iglesia, los maltratan, los matan, apresan a sus principales líderes para humillarlos. Ahora imagina lo siguiente: Te meten preso a ti, se llevan a tus hijos y tu mujer, te quitan el carro, te mandan a Cicla y te consideran un delincuente por ser bueno.

Todas estas cosas nos deprimen verdad? Pero lo que realmente me llamó a la atención, no fue el hecho de la persecución, ni la muerte de Jacobo, ni que los maltrataran, ni los 16 soldados que custodiaban a Pedro. Fue que la iglesia hacia oración sin cesar por Pedro… pero Pedro dormía ¡! Prácticamente se entregó a lo malo, a que lo maten. Dormía tan quitado de bulla que hasta semidesnudo y descalzo estaba.

Es aquí donde nos vemos a nosotros mismos. Ahogados por los problemas, llorando nuestras penas, tirados a muertos, sin importarnos ya ni nuestros objetivos, abandonamos todo y no es por fe sino por cobardía… viene Dios, manda un ángel y nos toca… en griego ese tocar significa literalmente “le dio un golpe en el costado”. Solo así Pedro pudo despertar, reaccionar, salir de sus dudas, de sus temores y, el milagro se realizó de forma correcta. Ciertamente esperamos milagros divinos, pero un trompón? Considera la secuencia: Se presenta el ángel, la luz fue fuerte que resplandeció en todo el edificio, pero Pedro dormía ¡! No vio la primera parte del milagro ¡! Y no solo eso, el ángel lo hizo invisible y la puerta de la cárcel se abrió sola.

A veces necesitamos que Dios nos de una palmaditas para hacernos reaccionar, hacernos creer que el vive y es TODOPODEROSO y que confiemos en su Grandeza. Los trompones de Dios terminan en bendiciones que marcan nuestras vidas. Reacciona, pide, cree, confiesa su grandeza. Tu situación es difícil, ora. Tu problema es enorme, ora. El cielo es de bronce? Te aseguro que la bendición de Dios está a 12 centímetros de ti solo esperando que creas a Dios.

Que Papá Dios te bendiga hoy ¡!

Y he aquí se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro por el costado, le despertó… Hechos 12:7-8

Facilitado por Leandro Ferreras