CIERRE EL CICLO Y AVANCE

“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”, Filipenses 3:13-14 El orden natural de las cosas es que pasemos de una etapa a la otra tomando la experiencia y la enseñanza que nos deja el haber estado en un momento determinado de nuestra vida en tal o cual situación. Aun la propia vida fue establecida para que la vivamos en ciclos o fases que debemos explotar a toda capacidad para luego no vivir experiencias fuera de tiempo que casi siempre nos traerán dolores de cabeza y despropósito. Todos tenemos una fecha de vencimiento que se cumplirá indefectiblemente; por tanto, debemos hacer diligentemente lo que Dios nos ordena, pero siempre cerrando un ciclo antes de comenzar el próximo. Hay que saber discernir cuándo una etapa llega a su final, cuando un negocio ya no nos funciona, cuando una relación nos intoxica y cuando hemos llegado al final de una jornada. Si nos ofuscamos en permanecer allí por más tiempo, comenzaremos a desgastarnos perdiendo el gozo, la alegría de vivir y estancándonos para no avanzar hacia la próxima etapa que debemos vivir. Todos tenemos que aprender a poner fin a un ciclo, a cerrar puertas y a concluir capítulos, pero lo importante de esta acción es permitir que el pasado se encargue de enterrar los momentos de la vida que ya terminaron. Aun muchos creyentes caminan durante años atados a malos hábitos y aunque conocen la Palabra de Dios no se produce en ellos la transformación a la que han sido llamados. Visitan una iglesia, oran y hacen muchas cosas pero siguen siendo los mismos. Si cambiamos de trabajo o terminamos una relación podemos pasar mucho tiempo buscando las razones de por qué ha sucedido, hacer eso solo traerá ruina emocional y espiritual hasta que entendamos que el pasado no cuenta en nuestras vidas. “Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; pero cuando llegué a ser hombre, dejé las cosas de niño”. 1 Corintios 13:11 Hoy es el día para cerrar ciclos, no es mañana. Hoy es el día para perdonar, para soltar, para dejar ir, para avanzar. Las cosas que dejamos como pendientes pueden complicarnos más porque se convierten en un gran peso obstaculizando nuestro avance. Si te aferras a experiencias o épocas pasadas no Dios no podrá llevarte a vivir el próximo nivel de plenitud en Cristo Jesús. Es posible que mientras tengas una lista de cosas pendiente la bendición de Dios no se haga manifiesta en tu vida, porque significa que estás viviendo aun en un pasado donde no perteneces. “No te jactes del día de mañana; porque no sabes que dará de sí el día”. Proverbios 27:1 “No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad”. Isaías 43:18